
Desde que lo ví, tan pulcrito, tan objetivito, tan novio ideal para las hijas del barrio, no pude evitar la comparación con alguien a quien detesto desde que tengo uso de razón, el hijo de mi madrina.
Era al candidato número uno a reemplazar junto a Debora Perez Volpin a la dupla Cahen Dánvers / Mascetti en la conducción de Telenoche. Luego -ante el zarpazo de Biasatti y la esposa del dire de noticias del trece, Ma. Laura Santillán, se tuvo que conformar con el premio consuelo: el noticiero del mediodía.
Parece ser que de tan pero tan agradecido al grupo empresario, se pasó de ponerse la camiseta al fanatismo más deleznable: Dicen que hace unos días entré al estudio vociferando a los técnicos y productores del ciclo sobre de qué lado había que estar para no sufrir consecuencias.
El pulcrito mostró los colmillos.
Yo tenía razón.