viernes, 15 de octubre de 2010

Made in Argentina




Si alguna vez se diese la oportunidad de charlar en persona, cuando el tema de cine pase por la conversación, notarán que siempre tengo presente una escena de la película del título, en realidad una bella pieza teatral de Nelly Fernández Tiscornia.

Si quieren verla (o recordarla, porque muchos la deben conocer):




Magistrales interpretaciones, una genial e insuperable Leonor Manso, la cámara puesta donde debe estar por Jusid y el texto inmarcesible de Fernández Tiscornia.

¿Quién no lagrimea frente a la vehemencia de la Yoli?

Esta película data del año 1987. Los exilios interno y externo minuciosamente retratados en ella.
Me da mucha pena que la Sra. Fernández Tiscornia ya no esté entre nosotros, pues me encantaría saber qué fue de la Yoli y el Negro.

Me los imagino solidarios en el trueque allá por el 2001, reclamando por los muertos de Duhalde: Kosteki y Santillán.

Esperanzados con el pingüino en 2003, recuperando poco a poco su trabajo en el taller del Negro, recuperanado las esperanzas y siempre solidarios con la gente de Lanús.

Quisiera verles las caras cuando Cristina recuperó el manejo de las Jubilaciones y pensiones para volver solidario al sistema que no hacía más que robarles el futuro.

No sé. No sé. La Yoli y el Negro eran personajes de ficción, por más reales que los hubiese pintado la olvidada Fernández Tiscornia, no podría imaginarlos repitiendo a dúo las sandeces de la prensa hegemónica. Los prefiero muertos antes que gorilas.





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