miércoles, 5 de septiembre de 2012

Nunca tan al ras...



Siguiendo con el tema de la publicidad, me toca meterme, hoy, con los spots televisivos de máquinas (descartables o no), cremas y accesorios para la afeitada masculina.

¿Han notado Ustedes que los modelos que los protagonizan son casi imberbes?  Rubios, de ser posible y lampiños si se utlizará algo más que un primer plano.

Se cuenta, hoy en día, con una tecnología de post producción que equivale al fotoshop, a fin de retocar los rostros y sacarles la mínima sombra de barba antes de que el producto sea utilizado.

Los clientes de estas empresas publicitarias, pueden haber prestado acuerdo a los modelos, pero el retoque de las imágenes me atrevo a decir que es sólo un artilugio de los publicistas, que –más papistas que el papa- quisieron “ayudar” al producto.

Soy de los de barba cerrada.  Dura.  Jodidamente enrevesada.  Obviamente ninguno de estos artilugios está hecho para mí.

Un slogan posible: “¡Más al ras que nunca!”, para ser leal con el consumidor, debería reemplazarse por “Más al ras que nunca, para tipos que no tienen casi barba, ni nada por el estilo!"

Ahora que lo pienso, si bien el slogan no lo dice, las imágenes, sí.

Raros nuevos tiempos en los que los hombres se depilan lo imaginable y un poco más. 

 ¿Notaron que ya casi nadie tiene pelo en pecho?

¿Qué quieren que les diga?  Sin meterme –porque no es el caso- con la sexualidad de nadie, la androginia no me va ni un poquito.


Brasevisto.   

3 comentarios:

Viejex dijo...

Usted dice que estos cuatro pelos locos que tengo en el pecho desde la adolescencia es por culpa de los publicistas, entonces? Ah, no!!!! esto no va a quedar así! Que nos hayas vendido a un De la Rua como un tipo capaz de ser presidente vaya y pase...pero esto es intolerable!!! Agarrate, Agulla, porque se pudrió todo!

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

¡Gracias Viejex!
La verdad es que volví al blog porque extrañaba a mis amigos de Sudacaland, que no serán cientos, pero son los mejores.
Todavía resuena mi carcajada por acá leyendo su comentario.

Viejex dijo...

Fontanarrosa decía, más o menos(*), que su ambición en la vida, lo que más satisfacción le daba era que alguien le diga que se había cagado de risa con un libro suyo. Yo soy más modesto, si logro que alguien se ría con un comentario me pongo contento. Vaya un abrazón, mi viejo.

(*) no tengo a mano la cita textual, ni sé si alguien la habrá recopilado, se lo escuché en un reportaje, así que puede que lo haya dicho con otras palabras.