lunes, 4 de agosto de 2008

27 años


El 6 de agosto se cumplirán 27 años de un suceso vergonzoso: el incendio por parte de la dictadura militar del Teatro del Picadero,
En él, desde el 28 de julio se venían representando las funciones de Teatro Abierto 1981.
Un movimiento de los teatristas argentinos, los más importantes dramaturgos de nuestro país, dispuestos a mostrar la dramaturgia argentina aislada de las salas ofiiales y desestimada en las escuelas teatrales dependientes del Estado.

Las funciones en horario atípico, las seis de la tarde, a un precio que significaba la mitad del valor de una entrada de cine, desbordaban de un público ansioso de ver expresiones teatrales que contaran lo que nos pasaba a todos.
21 obras de teatro breves, se representaban de a tres por función, con elencos rotativos, abriendo el juego hacia la participación de decenas de actores.
Y el incendio.
Y la solidaridad de los empresarios teatrales que ofrecieron sus salas para la continuidad del evento, trascendente como pocos, de nuestra cultura. Hasta de las salas más grandes de la cartelera porteña.
El movimiento recaló luego en el Tabarís y el Margarita Xirgu.
Y fue un hito.
Hoy es necesario un nuevo teatro abierto, que hable de lo que nos dejó la década más infame de nuestra historia en democracia, que hable del despojo generalizado, de lo que quedó, de cómo el “sálvese quien pueda” reina en nuestra desentrelazada sociedad.
Mostrarle a nuestros hijos y nietos que teatro significa mucho más que ver en vivo y carísimo a las figuritas de turno de la tele y a nuestros pares adultos que los culos y tetas no son teatro, son otra cosa: espectáculo (y del peor).
Hace falta un Teatro Abierto. Sería otro gran hito en nuestra historia cultural. Y no lo creo tan imposible.

3 comentarios:

El gato vagabundo dijo...

Siempre me acuerdo de la noticia en la tele. Yo era chiquito, tenia 8 años, y me acuerdo perfectamente de esa noticia. Me impactó profundamente el incendio intencional de un teatro.

Claro que en aquel entonces, mis viejos me hablaban de cosas que yo no entendia, como dictadura, iglesia ofendida, y esas cosas. Lo entendi despues. No lo comprendi nunca.

Que vuelva el teatro abierto. Quiero recordar dentro de muchos años, las dos caras de la noticia. La desaparicion, y la vuelta a la vida. Mas que nada como un simbolo de que, a esos hijos de puta, al menos uno de los que se llevaron volvio a la vida.

El Vasco dijo...

Donde quedaba?

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

En el pasaje Rauch (Hoy Discépolo) a la altura de Corrientes y Callao.