domingo, 26 de septiembre de 2010

Retenciones

Hoy:
¿Qué son las retenciones? ¿Para qué sirven?

“La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos”. Arturo Jauretche

Las retenciones, término conocido por todos los argentinos a partir de la lucha “Gobierno-Campo” (Resolución 125), también llamadas derechos de exportación son instrumentos de política económica y social que un Estado utiliza para captar una parte de una renta extraordinaria derivada de un producto de exportación que posee elevados precios internacionales.

Los principales objetivos de las mismas son tres:

1) Impedir que los mencionados valores se trasladen al mercado interno, que no paguemos la carne a idéntico precio que se paga en Europa, por ejemplo. De lo contrario un productor de ese alimento diría “si me querés comprar 1 kilo de carne pagá lo mismo que pagan en Alemania”. ¿Te acordás lo que afirmaba Alfredo De Angelis…?

2) Proveer al Estado de fondos para la ejecución de obras públicas e inversión social, es decir recursos para la construcción de viviendas, escuelas, hospitales, etc. Es una herramienta valiosa para la redistribución progresiva de las riquezas, cuyos beneficiarios son los sectores de más bajos recursos. Cosas del “zurdaje” pensaría la filósofa de la diestra autóctona y diva de los almuerzos…

3) Desalentar la producción de determinados productos y promover otros (esta última no se cumple, hablo de la soja, que aún con un 35% de retenciones, los sojeros la siguen “levantando en pala”, por ende la alícuota debe elevarse…). En resumidas cuentas: las retenciones pueden lograr orientar la producción para garantizar la soberanía alimentaria (lo que los argentinos comemos) y de paso se favorece el uso racional de la tierra.

Actualmente, se discute en el Congreso de la Nación, a iniciativa del Grupo “A” (el Grupo Ahhh…, como expresa el ocurrente y genial Horacio Verbitsky), la eliminación de las retenciones a la exportación de carne, trigo, leche y otros artículos de exportación y la disminución de la alícuota del 35% al 25% para la venta al exterior de soja y sus derivados.

Conclusión: de aprobarse lo anterior traería aparejado la “internacionalización” y el encarecimiento de los precios de la canasta alimentaria de nuestro país, como así también el desfinanciamiento del Estado Nacional. No olvidemos que el gran auge de la obra pública y la solidez de la situación fiscal argentina (que se ve en el nivel récord de reservas del Banco Central de la República Argentina, al 22/09/2010 eran de U$S 51.210 millones), por ejemplo, fue lo que permitió a la Argentina “gambetear” la crisis económica mundial de 2009, la mayor después de la de los años `30, casi sin sobresaltos y es el resultado de la aplicación de esta herramienta, entre otras políticas económicas y sociales.

Parafraseando a Don Arturo Jauretche: La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado (en beneficios de todos) o la dirigen los poderes económicos (en beneficio de ellos mismos).

Párrafo especial merece el “tema soja”, que abordaremos la próxima semana.

MIGUEL ARTIN

para Sudacaland

No hay comentarios: