domingo, 29 de junio de 2008

¿Me ayudan?




Que estamos cada día más deshumanizados, no me cabe duda. Pero hay ciertas historias que realmente me sobrepasan. Desde hace unos días que trato de hilvanar ésta que quiero contarles, para ser bien claro. Pero –invariablemente- termino siempre con un nudo en la garganta y las palabras.
A ver:
Ya les presenté a Tucky. Su papá, cuenta que él quiere empezar a “arreglárselas solo” y que su afán es hacer buenos amigos. Por eso cuando unos adolescentes vecinos de General Deheza, vecinos de muy cerquita, de unas cuadras, lo invitaron a una fiesta, Tucky no dudó.
Cuando llegó a la casa de sus nuevos amigos, fue el blanco de las “bromas”.
Hasta que éstas pasaron a mayores: Uno de los chicos le roció bencina en sus jeans y otro le prendió fuego. Hay más. Como pudo y gracias a que en esa casa había una piscina, se tiró al agua, entre las risas de todos los concurrentes.
Uno de éstos, lo sacó del agua y lo llevó en auto hasta su casa.
Tucky se la seguía aguantando. Hasta que ya acostado, comenzó a gritar porque el dolor de las quemaduras en sus piernas era imposible de disimular.
Su padre lo llevó al hospital.
Esto sucedió el 2 de abril en General Deheza, pueblo sojero si los hay.
Demás está decir que los adolescentes que intentaron quemar vivo a Diego eran de familias “bien” de esa localidad.
Hace unos días el juez de menores que intervino en la causa, José Varela Geuna de Río Cuarto, ordenó que cuatro jóvenes tengan que cumplir tareas comunitarias, por otra parte, también solicitó que los agresores reciban asistencia psicológica y, uno de ellos, deberá cumplir una interconsulta psiquiátrica. Además, los cuatro padres de dos de los adolescentes deberán realizar terapia familiar y recibir asistencia psicológica.
Consultado por los medios el Juez Varela Geuna aclaró: "Lo que se dispuso no es una sanción ni un castigo, sino que, tras un abordaje con los equipos técnicos, se entiende que lo mejor para el desarrollo integral de estos jóvenes en conflicto con la ley penal es buscar una concientización".
Estoy siendo muy prudente. No he calificado, trato de no ofuscarme, pero: ¿Solamente yo pienso que esta sentencia es una burla?
¿Soy muy necio por pretender que esos padres y nenes “bien” escarmienten y tomen real conciencia de que no estamos en la época feudal y que hijoputeces cómo esta no deberían suceder?
Me da vergüenza el juez Varela Geuna, me da vergüenza, indignación y ganas de encarcelar a los padres de esos nenes “bien”.
¿Y si la cosa hubiese sido al revés? Si el daño lo hubiese causado un grupo de chicos de clase baja a uno de estos adolescentes “bien”, el castigo (porque se impone un castigo) hubiese sido tan magnánimo?
Escuchar las declaraciones del padre de Diego a una radio y la serenidad con la que las vierte, es algo que me hace pensar aun más.
“La medida va a servir para que tomen conciencia y reeduquen ciertas cosas que es necesario que ellos lo sepan", sostuvo el hombre en declaraciones a radio Mitre 810.
A Tucky le cuesta superar lo vivido, no sólo porque curar las heridas de las piernas y evitar que se le infectaran le llevó más de un mes, sino porque "se tiene que manejar solo", según explicó su padre. "Él sigue en su afán de hacer amigos", agregó.
Ayúdenme a pensar, a entender. Por favor.




Foto: Diego Tucky Scipioni y su padre, José, mostrando las zapatillas quemadas y restos del jean. (La voz del interior)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la respuesta a tu pregunta es fácil: si hubiese ocurrido al revés hablarían de lo incivilizados que están esos negros de mierda fuma-pacos y pedirían cadena perpetua.
Bueno, algunos economistas predicen que el precio de la soja se derrumbará en el futuro. Será una debacle económica pero a tu "familia bién" le van a romper el orto, consolate de esa manera perversa.
Ben Linus.

Wakapinka dijo...

No, no puedo ayudarte a entender... por el momento sólo puedo acompañarte en la angustia y el desconcierto. Yo tampoco entiendo.