viernes, 19 de septiembre de 2008

Disquisiciones


Hace un tiempo que vengo rumiando sobre las disculpas, sobre el perdón.

Veamos las definiciones:

perdón.

1. m. Acción de perdonar.

2. m. Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente.

disculpa.

(De dis-1 y culpa).

1. f. Razón que se da o causa que se alega para excusar o purgar una culpa.

(Diccionario de la Real Academia Española)



Las definiciones no agregan mucho.

Lo que siento:

¿Se puede perdonar una grave ofensa u acto en nuestra contra, cuando la disculpa se basa en “no me di cuenta”, “no sabía”, “no tuve mala intención”… si la persona que la ofrece es un adulto hecho y derecho? ¿Se puede perdonar al que no demuestra un sincero arrepentimiento por la falta cometida? ¿Cuál es el límite entre ser rencoroso y “no olvidar”?

Entonces me puse a buscar frases célebres sobre el perdón. Les dejo algunos resultados de esa búsqueda:



"El perdón de las ofensas corresponde al ofendido pero el que hace el mal no perdona nunca".

Dryven


"Perdonar supone siempre un poco de olvido, un poco de desprecio y un mucho de comodidad".

Jacinto Benavente


"El perdón es sólo una palabra que hace sentir mejor a la persona que lo necesita pero de que sirve si tu corazón aun sigue dañado".

Anónimo



Debo ser un resentido, un rencoroso de aquellos, porque no puedo perdonar si no hallo sincera la disculpa. Sobre todo si la disculpa se basa en niñerías como “no me dí cuenta”, “no sabía” o “no fue con mala intención”.


Más aun, no puedo perdonar si quien pide ese tipo de disculpas vive apañado por su entorno como un “eterno inocente”.


Resumiendo: Prefiero un hijo de puta a un pelotudo.

Del pelotudo nunca se sabe que esperar.


No es vida.



6 comentarios:

maru dijo...

Creo que cuando el perdón es sincero se nota. Y ahí sí se perdona. Y ahí, frente a ese pedido de perdón sincero, si ahí no se perdona, ahí se es un hijo de puta.
Beso

Andrea dijo...

Yo no prefiero a los hijos de puta (solo que acá entramos en la discusión sobre lo bueno y lo malo). El pelotudo por lo menos puede cambiar.
Y bueno, me considero bastante cínica y la franqueza a veces me trae problemas, pero no me siento una hija de puta.
(tampoco un angelito jajaja. En fin)
Salud

El gato vagabundo dijo...

Claudio, te recomiendo fuertemente, exijo, demando, que leas "el aspirador de imbeciles" de Arcady Averchenko. Precisamente dice algo asi como "prefiero un asesino a un imbecil. El asesino tiene un patron de conducta previsible, y uno siempre estara alerta a esas conductas, y sabra que esperar del asesino. El imbecil es una loteria."

Viejex dijo...

En nombre de todos los pelotudos, exijo que se nos tenga un poco de respeto y no se nos ponga en la misma bolsa que a los hijos de puta y/o asesinos!
Estoy indignado, miles de veces dije "no me di cuenta" o "fue sin intención", porque soy muy pelotudo, y hago cosas sin querer. Como la vez que , sin querer, le patee el bastón a un ciego. Me quieren menos que a Videla por eso?
Gato, ese hijoputa de Averchenko de que vivia?

Claudio G. Alvarez Tomasello dijo...

Viejex:
No pasa por ahí, por lo menos en mi caso. Hablo de daños fuertes, irreparables, daños del alma.
Gracias por leerme.

Viejex dijo...

Claudio, ya se que no pasa por una comparación tan grotesca. A Videla el mote de hijo de puta le queda chico... Trate de plantear, con un poco de humor, que la alternativa entre pelotudos vs hijos de puta es muy discutible.
Gracias a vos por escribir!