EL AURA
Y llegamos a la que trae problemas... Mucha gente, contenta con Bielinsky luego de “9 reinas”, se sintió defraudada por esta película. Es que el recordado Fabián no se durmió en los laureles. En su segundo film en 5 años, subió la apuesta. “El aura” no tiene nada que ver con “9 reinas” (al tiempo, excelente policial), pero eleva a su director a otra categoría. Bielinsky se salió de un tratamiento de género puro y armó una obra densa, cinematográficamente impecable, basada en la historia de un taxidermista en los ´90 (o sea, alguien vive de dar apariencia de vida a lo muerto: ¿metáfora del menemismo?). Bielinsky, señoras y señores, se había recibido de autor.
Por qué hay que verla? Porque su forma es impecablemente coherente con su contenido; porque sus elementos técnicos (fotografía, sonido, la máscara actoral) está notoriamente sobre la media del cine argentino (léase: si esta peli la hubiesen hecho en EE.UU. hablaríamos de “peliculón”). Por su tratamiento de la imagen y del sonido (la escena del asalto, con el personaje de Darín de espaldas a cámara, tratada desde lejos y donde TODO pasa por el sonido, es antológica). Porque homenajea a “El tercer hombre” de Carol Reed, porque se sale del género, cosa ya dicha, y por nomentos es thriller, por momentos un film noir, roza la comedia negra, abunda el terror. Porque tiene una atmósfera bucólica que difícilmente se repita en otro film argentino. Obra maestra.
EL OCASO DE UNA VIDA
Porque es una de las mejores películas de Billy Wilder (gran maestro) y tal vez la mejor de ese subgénero llamado “cine dentro del cine”. Porque es dura, cáustica, no tiene la menor indulgencia con el star sytem y el Studio system americanos. Relata la llegada del sonoro en desmedro del mudo desde la mirada de Norma Desmond (inolvidable Gloria Swanson), la estrella de otrora, hoy sumida en el olvido y la locura. Porque tiene una escena de apertura excelente, porque su última toma está en la historia del cine. Obra maestra, TOTAL.
Raúl Bellomusto
Crítico invitado de novio por el norte
Y llegamos a la que trae problemas... Mucha gente, contenta con Bielinsky luego de “9 reinas”, se sintió defraudada por esta película. Es que el recordado Fabián no se durmió en los laureles. En su segundo film en 5 años, subió la apuesta. “El aura” no tiene nada que ver con “9 reinas” (al tiempo, excelente policial), pero eleva a su director a otra categoría. Bielinsky se salió de un tratamiento de género puro y armó una obra densa, cinematográficamente impecable, basada en la historia de un taxidermista en los ´90 (o sea, alguien vive de dar apariencia de vida a lo muerto: ¿metáfora del menemismo?). Bielinsky, señoras y señores, se había recibido de autor.
Por qué hay que verla? Porque su forma es impecablemente coherente con su contenido; porque sus elementos técnicos (fotografía, sonido, la máscara actoral) está notoriamente sobre la media del cine argentino (léase: si esta peli la hubiesen hecho en EE.UU. hablaríamos de “peliculón”). Por su tratamiento de la imagen y del sonido (la escena del asalto, con el personaje de Darín de espaldas a cámara, tratada desde lejos y donde TODO pasa por el sonido, es antológica). Porque homenajea a “El tercer hombre” de Carol Reed, porque se sale del género, cosa ya dicha, y por nomentos es thriller, por momentos un film noir, roza la comedia negra, abunda el terror. Porque tiene una atmósfera bucólica que difícilmente se repita en otro film argentino. Obra maestra.
EL OCASO DE UNA VIDA
Porque es una de las mejores películas de Billy Wilder (gran maestro) y tal vez la mejor de ese subgénero llamado “cine dentro del cine”. Porque es dura, cáustica, no tiene la menor indulgencia con el star sytem y el Studio system americanos. Relata la llegada del sonoro en desmedro del mudo desde la mirada de Norma Desmond (inolvidable Gloria Swanson), la estrella de otrora, hoy sumida en el olvido y la locura. Porque tiene una escena de apertura excelente, porque su última toma está en la historia del cine. Obra maestra, TOTAL.
Raúl Bellomusto
Crítico invitado de novio por el norte
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