Siguiendo con el tema de la publicidad, me toca meterme,
hoy, con los spots televisivos de máquinas (descartables o no), cremas y
accesorios para la afeitada masculina.
¿Han notado Ustedes que los modelos que los protagonizan son
casi imberbes? Rubios, de ser posible y
lampiños si se utlizará algo más que un primer plano.
Se cuenta, hoy en día, con una tecnología de post producción
que equivale al fotoshop, a fin de retocar los rostros y sacarles la mínima
sombra de barba antes de que el producto sea utilizado.
Los clientes de estas empresas publicitarias, pueden haber
prestado acuerdo a los modelos, pero el retoque de las imágenes me atrevo a
decir que es sólo un artilugio de los publicistas, que –más papistas que el
papa- quisieron “ayudar” al producto.
Soy de los de barba cerrada.
Dura. Jodidamente enrevesada. Obviamente ninguno de estos artilugios está
hecho para mí.
Un slogan posible: “¡Más al ras que nunca!”, para ser leal
con el consumidor, debería reemplazarse por “Más al ras que nunca, para tipos
que no tienen casi barba, ni nada por el estilo!"
Ahora que lo pienso, si bien el slogan no lo dice, las
imágenes, sí.
Raros nuevos tiempos en los que los hombres se depilan lo
imaginable y un poco más.
¿Notaron que
ya casi nadie tiene pelo en pecho?
¿Qué quieren que les diga?
Sin meterme –porque no es el caso- con la sexualidad de nadie, la
androginia no me va ni un poquito.
Brasevisto.